Los motores de aeronaves son una fuente importante de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y contribuyen a la contaminación del aire y la degradación ambiental. Como resultado, los fabricantes de aviones han desarrollado tecnologías avanzadas para reducir las emisiones, incluido el uso de sensores de NOx.

Los sensores de NOx utilizados en los motores de aviones funcionan de manera similar a los utilizados en otras fuentes de combustión. Monitorean continuamente los niveles de emisiones de NOx en los gases de escape y envían las lecturas al sistema de control del motor. Luego, el sistema de control del motor ajusta la inyección de combustible, la relación aire-combustible y otros parámetros de combustión para reducir las emisiones de NOx.

Un desafío clave en el desarrollo de sensores de NOx para motores de aviones es la necesidad de hacerlos livianos, robustos y confiables, ya que deben operar en condiciones extremas de temperatura, presión y vibración. Los fabricantes han desarrollado sensores de NOx utilizando materiales y tecnología avanzados, como cerámica, películas delgadas y resonancia de plasmón superficial.

El uso de sensores de NOx en los motores de los aviones es cada vez más obligatorio, ya que las normativas exigen que los fabricantes de aviones cumplan normas estrictas sobre emisiones. Estos sensores permiten a los fabricantes de aviones garantizar que sus motores cumplan con estas regulaciones y reducir el impacto ambiental de los viajes aéreos.