Los sensores de NOx utilizados en la industria automotriz son principalmente del tipo amperométrico y cuentan con dos o tres celdas electroquímicas en cámaras separadas.
La primera celda elimina el O2 de la muestra para evitar interferencias con la medición de NOx en la segunda celda.
Estos sensores están disponibles comercialmente a través de múltiples proveedores y se utilizan para controlar los sistemas de postratamiento SCR y adsorbentes de NOx. Además, se han desarrollado sensores de NH3 para su uso en sistemas SCR.
El desarrollo de estos sensores comenzó en la década de 1990 y las versiones comerciales se introdujeron por primera vez a principios de la década de 2000 para su uso en automóviles de pasajeros de gasolina de mezcla pobre y vehículos diésel con adsorbentes de NOx y postratamiento de urea-SCR para motores diésel de servicio ligero y pesado.
El sensor de NOx mide la cantidad de óxidos de nitrógeno (NOx) presentes en los gases de escape de un motor de combustión interna. Estos sensores utilizan una celda electroquímica para detectar la concentración de NOx en la corriente de escape y proporcionar retroalimentación en tiempo real al sistema de control del motor, que luego puede ajustar la mezcla de aire y combustible o el funcionamiento del sistema de postratamiento de NOx para reducir las emisiones. La función del sensor es crucial para garantizar que el motor cumpla con los estándares de emisiones y funcione de manera eficiente.